No es la vuelta de Puigdemont lo que más preocupa ni lo que más me interesa hoy, a pesar de vivir en Barcelona. Es el destierro de los millones de venezolanos que han tenido que abandonar su tierra y su hogar. España y Venezuela, tan lejos y tan cerca. La historia de los vascos abandonando su tierra por causa de ETA se está repitiendo en Venezuela por causa de Maduro. Y España se está acercando peligrosamente a Venezuela. Y si alguien dudaba de la semejanza, ahí tenemos a Zapatero defendiendo a Sánchez y defendiendo a Maduro. Es uno de los muchos interrogantes que salta hoy a la cabeza. ¿Qué hace en Venezuela un señor pagado por todos los españoles con una pensión millonaria a pesar de sus sólo 7 años de trabajo?
Pero Zapatero no es el único puente entre España y Venezuela, ni la única pregunta sobre Venezuela. ¿Qué hace el gobierno español no desautorizando a Zapatero? Venezuela ha seguido los pasos de España y España está imitando a Venezuela
Son muchos los interrogantes sobre Europa y sobre España que vienen hoy a mi mente y que tienen mucha semejanza con la vía venezolana. España se desmorona y Europa se desmorona. Antes pensaba que la UE y la democracia eran "la mejor solución". Ahora sólo pienso que son "la solución menos mala", que, a pesar de todo, voy a defender.
La semana pasada dije que España se alejaba de la federación. Hoy digo claramente que España va hacia una desintegración, hacia una confederación de Estados. Y lo malo no es que nos convirtamos en Estados independientes. Es que los ciudadanos empecemos a tratarnos como extranjeros unos a otros dentro de nuestra propia España. Lo malo es que desaparezca la solidaridad, la integración y la igualdad. Y si se desintegra España, también empieza a desintegrarse Europa. Mejor dicho, España se desintegra, poque Europa no está haciendo nada por integrarse. Cuando constituyó la Comunidad del Carbón y del Acero (la CECA- 1950), Gran Bretaña no se unió al grupo de los seis porque Churchill no quería la unión política, y, en parte, debido a esto Gran Bretaña promovió la creación de EFTA. Los padres de la UE lo tenían bien claro: la meta era la unión política. Los Estados Unidos de Europa, o la Europa federal.
Pero con la actual dictadura de los partidos que reina en Europa no se llegará nunca a la Unión política. La UE actual se parece más a una confederación que una federación, más a una asociación de Estados que a una unión de ciudadanos. La UE no está en condiciones de controlar el desmadre reinante en los Estados miembros. Y Venezuela está más cerca de lo que nos imaginamos, con unos puentes que están ahí.