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Clásico

Ilusionados por la política

Por Félix de la Fuente

Y encima ignorantes


Es curioso que ahora que la gente está dejando de ir a la iglesia, -no digo dejando de creer en Dios, pues estas son palabras mayores, y no lo tengo tan claro-, resulta que la fe en la palabra de los sacerdotes cristianos, ya sean católicos, protestantes u ortodoxos, la estamos sustituyendo por la fe en la palabra de los políticos. Hace cien años, un gran europeísta totalmente ignorado en la UE, aunque no sea precisamente por esto, por lo que he puesto el título a esta líneas, decía que el nacionalismo es para muchos la religión actual (Richard Coudenhove-Kalergi, fundador del movimiento paneuropeo).

El fanatismo religioso se ha convertido en fanatismo político, y, en esta misma línea, yo diría "el fanatismo político y el fanatismo nacionalista son tan peligrosos como el fanatismo religioso", y cuando ya nos creíamos libres de la intransigencia religiosa de la Edad Media, al menos en Europa, resulta que estamos cayendo en la intransigencia política. Actualmente hay más fanatismo político que fanatismo religioso, que ya es decir Las iglesias cristianas se vacían, pero los mítines políticos están llenos. El jefe del partido político siempre tiene razón para sus seguidores, aunque no diga más que majaderías. Y esto sirve para todos los partidos políticos.

Ya sabíamos que parte de los políticos son corruptos. Tenemos ejemplos a montón. También sabíamos que gran parte de ellos son vagos. Ni intervienen jamás ni presentan una propuesta en el parlamento. Sabíamos que todos los partidos políticos son antidemocráticos, pues no admiten la menor crítica y al que se revela o critica a los jefes "lo botan fuera". Esto es algo evidente. Hasta el partido de Ciudadanos empleaba este sistema Pero ahora acabamos de constatar que los políticos son, además, ignorantes. Lo que ha ocurrido últimamente con el PP, sucede diariamente también con los demás partidos. Ni siquiera se leen las leyes que se van a someter a votación o, si las leen, no las entienden.

¿Realmente tenemos que sufrir los ciudadanos eternamente este tipo de partidos políticos? ¿Son estos señores los que nos van a traer la democracia? ¿Son estos señores los que nos están construyendo la UE? ¿Qué ciudadano con una capacidad media se va a poner bajo las órdenes de unos corruptos, de unos vagos, de unos antidemócratas y, además, de unos ignorantes? La inteligencia huye de esta política. ¡Pobre España¡ Y ¡pobre Europa!