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De mal gusto

Por Miguel Ángel Fernández.

Copenhague, la cuarta capital de la moda mundial


Si se puede hablar de la supuesta octava maravilla del mundo, yo lo haré de la cuarta capital de la moda. La primera, evidentemente, es París, lugar donde nació la alta costura. En segundo lugar, Milán, digna competencia de Francia y sede oficial de los mejores diseñadores del mundo. Y el tercer puesto es para Nueva York, por ser la capital internacional de la industria textil.

La cuarta capital del mundo de la moda ha ido cambiando mucho en las últimas décadas. Las primeras veces que se nombró la posibilidad de una cuarta ciudad se decía que tenía que ser Londres por tener una semana de la moda muy trasversal y diversa, a diferencia de lo que han sido tradicionalmente París o Milán.

También se pudo contemplar la posibilidad de Tokio por el gran crecimiento del mercado asiático, pero eso ha ido perdiendo fuerza tras el Covid.  Sin embargo, Copenhague ha llegado con una fuerza bruta capaz de devorar a cualquiera que le pudiese hacer sombra.

Copenhague Fashion Week se está convirtiendo en una cuna de creación de tendencia. Todo lo que vemos en su street style se hace viral y se forman minitendencias súper puntuales que lo petan muchísimo.

Habrá quien se atreva a comparar la semana de la moda de la capital de Dinamarca con una fiesta de disfraces pero si dices eso, es que entiendes muy poquito de moda. Asique ve a comprar a Zara y déjanos al resto en paz.

Vestir de Inditex no es vestir moda, ser una fashionista es saber combinar con el talento de una danesa. No es comparable una chaqueta biker de Mango con la mezcla de tejidos, colores y formas que nos dan esas chicas.

¿Y sus diseñadores? Son capaces de ofrecernos prendas para todos los estilos que no van a repetirse en ninguna otra marca porque tiene una identidad tan personal que es imposible de copiar.

Eso sí, si tuviese que sacarle alguna pega a los daneses sería que toda su ropa de pasarela es demasiado apta para el día a día. Puede que les falte brilli-brilli y fantasía. Cierto es que la evolución de la moda es ir hacia la practicidad y la comunidad pero no debemos perder la diversión. Queremos un buen volumen, algo más festivo.

Pero, en general, sus resultados son muy buenos y a la crítica internacional le encanta su semana de la moda. Ojala siga creciendo y dentro de poco se convierta en una fecha imprescindible de nuestro calendario anual.