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De mal gusto

Por Miguel Ángel Fernández.

Toda España le debe una disculpa a Zadig et Volatire


Seguro que si piensas en el prototipo de chica pija española te viene a la mente la imagen de la niña 'cayetana' con pantalones campana, fular y zapatillas deportivas de la marca Converse. Pero lo que fijo que aparece en tu cabeza es el bolso por excelencia de toda mujer pija española de entre 15 y 35 años: el 'Zadig'.

¿Y qué me decís si me atrevo a afirmar que la marca representa absolutamente todo lo contrario a lo que se ha convertido? Toda España le debe una disculpa colectiva a Zadig et Voltaire.

Seguro que a todo el mundo os suena ese bolso. Es más seguro que conocéis a más de una persona que lo tiene, ¿y quién lleva ese bolso?

No sé en qué momento de la historia ha sucedido esto, pero las 'cayetanas' se han apropiado del bolso y, a día de hoy en nuestro país, se ha convertido en todo un símbolo de su estética.

Tener este complemento suele ser sinónimo de ser bastante pija. Y no hay quien pueda discutir esto. Ni si quiera mi hermana, que es capaz de debatirme absolutamente cada frase que sale de mi boca con tremenda rotundidad.

Pero claro, el enigma viene al darnos cuenta que la marca Zadig et Voltaire no tiene absolutamente nada que ver con las clientas de sus bolsos. Es más, quieren representar todo lo contrario a lo que ese tipo de chica busca.

Si tú te metes en su página web y ojeas entre sus productos, verás que tiene una estética súper rockera. Se asemeja un poco a Saint Laurent pero a un precio más asequible. Ese estilo llevado a algo más barato, entre el lujo y lo ‘low cost’. Un intermedio.

Prácticamente, toda su ropa es de ese rollo. Abrigos de pelo, camisetas de grupos de música heavy, colores oscuros, mucho cuero…

Ahora, yo me imagino a todo el equipo de la marca en sus sucursales de París tirándose de los pelos al descubrir, gracias a este blog y a Tribuna, que las ‘cayetanas’ son su mejor público cuando en su vida se lo habrían imaginado a la hora de diseñar sus colecciones.

Si te fijas en sus editoriales, comprobarás que para nada este era el público objetivo al que querían llegar. Pero ya es demasiado tarde. Las pijas han hablado.

Desde aquí, empiezo yo a pedir perdón por pensar, en algún momento de mi vida, que esta era una marca para pijas y no para modernas a las que les encantaba Kate Moss en la década de los 90.

Y el resto de vosotros deberíais hacer lo mismo. Las modernas, cambiando de pensamiento y comprando hoy mismo en su web. Y las pijas, experimentando un poco con el estilo real de la marca y dejándose sorprender por nuevas formas y estampados.