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Clásico

La xenofobia catalana


Si no fuera porque es un asunto muy serio, sería para partirse de risa. Arrecian los vientos xenófobos en Cataluña, que no es que pueda decirse que no sucede lo mismo en el resto de España, pero es que allí han empezado a hablar más de lo considerado políticamente correcto, y no solo es que largue la señora alcaldesa de Ripoll, líder de Aliança Catalana, partido al que auguro un importante crecimiento, es fácil afirmarlo, porque son cuatro gatos en un partido muy jóven y, sí, hay más gente de la que se quiere admitir que comulga con sus postulados en materia de inmigración, no solo los que quieren echar a los españoles residentes en Cataluña no nacidos allí, así que, van a crecer, seguro en una proporción importante, pero no creo que lleguen muy lejos, no veo yo que los catalanes independentistas vayan a escorarse mucho más a la derecha, Esquerra y Junts están prácticamente al límite, pero, quien sabe, difícil, porque difícil tienen conseguir la independencia, si no, ya veríamos.

Y no se vayan a creer que la señora Sílvia Orriols, líder de Aliança y alcaldesa citada, anda totalmente descarriada, no, que va, que dice cosas que, gusten o no, son bastante admitidas, aunque ella las dirija principalmente a charnegos y los que dice les son enviados para diluir la población catalana de pura cepa y desvirtuar el sentimiento republicano catalanista en la región. Se atreve porque sabe que lo que dice no sirve solo para Cataluña, en el resto de España sucede lo mismo, más ilegales que posteriormente serán legalizados y más votos para la izquierda y, además, basta comprobar las manifestaciones de alegría con que son recibidos los repartidos desde Canarias en todos los pueblos receptores, donde todos sus alcaldes, salvo alguna rara excepción, manifiestan que sus vecinos son más hospitalarios que un benedictino, por eso el reparto se realiza sin anuncio previo y de noche, cuando sus habitantes están dormidos, y así evitar tumultos por las demostraciones de alegría.

Que la señora Orriols diga lo que dice, no es muy preocupante, son un partido miniatura, pero, ojo, resulta que el sr. Puigdemont ha pedido las competencias en inmigración, y teniendo en cuenta lo bien que parten piñones en Ginebra con el gobierno del Psoe, con la ayuda de un relator, mediador, mamporrero, alcahueta, o lo que sea, cualquier cosa puede suceder ¿No han reventado la Constitución? pues esto ya es peccata minuta, así que fácilmente lo conseguirá, y ya sabemos cómo va a emplearse la competencia. No les bastará con hacer la vida imposible a todo aquel que no comulgue con sus ideas, para que se vayan ¿voluntariamente? de Cataluña, como hasta ahora, no, legislarán directamente para echarlos, y, por supuesto, no dejar empadronarse en Cataluña a nadie que sea mínimamente sospechoso de tener alguna simpatía por el estado español.