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Clásico

¿Es la democracia el menos malo de los regímenes?


Esta semana hemos asistido al mayor atentado contra la democracia ejecutado desde el 78, si, no se crean que no alcanza la gravedad de la entrada de Tejero en el Congreso, métodos distintos y fines diferentes, pero no por eso menos abominable, y con el agravante de que se trata de un golpe dado por el mismísimo gobierno en ejercicio.

Unos delincuentes, y no cualquieras, sino los que atentaron contra el régimen constitucional y que han cometido otros delitos de extrema gravedad, han conseguido que un gobierno les haya perdonado, mejor dicho, reconocido que nunca cometieron un delito y que los delincuentes han sido los jueces que les condenaron. Han conseguido que un gobierno haya aprobado una ley, que dicen de amnistía cuando en realidad es de autoinculpación, siguiendo sus instrucciones, y todo por siete votos necesarios para que un sátrapa consiga la presidencia del Gobierno.

Hay que ver cuanto valen los votos de unos pocos y que poco valen los votos de la mayoría, si de la mayoría, porque la mitad de los españoles no es que no hayan votado al partido socialista, personificado en Pedro Sánchez, es que no le pueden ni ver, y de la otra mitad, mas del ochenta por ciento de los votantes socialistas no están de acuerdo con lo que han hecho, así que, Pedro, cuando hablas de la voluntad de los españoles te refieres a esos pocos socialistas que están de acuerdo porque en ello les va el condumio y en todos esos, que no son socialistas, algunos más fachas y ultraderechistas, y cosas más graves, que aquellos a los que tú calificas como tales, a quienes conocemos de sobra y sabemos por qué te apoyan, creen que contigo van a conseguir la destrucción de España como país.

Cuando asistes horrorizado a la comisión de tales desmanes en nombre de la democracia, no puedes por menos que poner en duda que el sistema democrático sea el menos malo de los sistemas, frase atribuida a Winston Churchill. También dijo que hay hombres que quieren ser más importantes que útiles, un gran problema para la democracia, basta fijarse en Pedro Sánchez para darse cuenta que esto si es una gran verdad.

Que pecado hemos cometido para que se nos castigue con un gobierno que, parece va a durar, aunque caigan chuzos de punta. A Pedro Sánchez se le está estrechando tanto el cerco que, si de verdad fuera un demócrata, hace tiempo que debería haber dimitido, pero yo soy de los pesimistas que creen que, hasta sin aliento, es capaz de resistir. Los medios de comunicación están publicando, un día tras otros, cosas feísimas, bulos y fango, según Pedro, pero, bulos no desmentidos y fango que le llega al gobierno a la coronilla, y no a la oposición, como dice y repite, y repite, no ya hasta el hartazgo, si no hasta el asqueamiento, el cínico, referidas a miembros de su gobierno y a sus allegados, incluso a su familia en primer grado, que, si no fueran ciertas, son tan graves que, no se a que espera la justicia para ajustarles las cuentas, si lo publicado no fuera cierto, no sería libertad de expresión, su calificación más benévola sería la de calumnias y hay cosas que no se pueden permitir, las haga quien las haga.