No hay deporte que mejor maride con la música 'independiente' española que el ciclismo. Desde Tour de Francia de Vestuta Morla a Le Tour'95 de Ángel Stanich, pasando por ocurrencias tan geniales como Lance Armstrong de Parquesvr. Quizás con la masificación actual, los festivales se hayan convertido más en estadios de fútbol que en cunetas de puertos de montaña, pero a cualquiera que guste de pasar las tardes de julio frente al televisor a la hora de la siesta le sonará la frase que repite Perico Delgado desde hace ya casi 25 años por esas fechas: "Comer y beber, comer y beber que esto se hace muy largo y en cualquier momento aparece el tío del mazo".
Para que no nos aparezca este personaje en medio del Sonorama Ribera 2024, aquí van una serie de consejos basados en algunos años de experiencia, aunque cada uno conoce su cuerpo mejor que nadie. El primer favor ya nos lo ha hecho la propia organización reduciendo la duración del evento, muy en la línea de acortar las etapas en el ciclismo moderno.
- No dejes para mañana el poner la tienda de campaña. Si vas a ir al camping y estás pensando en no ir lo más pronto posible, te estás equivocando. Aunque en esta edición, con la separación del camping tradicional y el glamping se pretenda desahogar la zona, solo tenemos que echar la mirada un año atrás para saber que el valor de cada metro cuadrado es incalculable. En el 2023 se acampó incluso donde no se pudo nunca, así que cuanto antes te asientes y plantes tu tienda, mejor.
- No pretendas ir demasiado aseado. Desde que salgas de tu ducha helada estarás acumulando mierda. El primer paso en esta escalada de cochambre será cubrir tus pies todavía mojados con la tierra propia del terreno, como si de un elefante que necesita protegerse del sol en medio de África se tratara. A partir de ahí: sudor, un cachi, otro, vino, agua estancada de una puñetera pistolita, más sudor, otro cachi y mierda, en definitiva.
- Aprovecha cualquier momento para descansar, comer y beber. Esto es puro Tour de Francia. Si esperas a tus amigos, hazlo a la sombra y de forma cómoda. Si pasas por delante de un sitio donde se pueda comer, come. Si te acuerdas de que existe el agua, bebe. Así todo el tiempo. Comer y beber, comer y beber. Nunca sabes cuándo llegará la siguiente ingesta, quizás ya al día siguiente, así que come y bebe cuando puedas.
- Después de comer... Cagar parece un tema tabú, pero es uno de los principales problemas que afronta cualquier festivalero. Mi consejo personal es tirar de pantalón en cuanto haya ocasión. Si encuentras cualquier lugar meridianamente higiénico, apoya tus posaderas y aprieta (tampoco hará faltar apretar mucho entre tanto calimocho). Hacer del vientre, que en circunstancias normales sería un placer, se convierte en una necesidad y un apuro, así que no desaproveches la más mínima oportunidad de superar el trance. Y llévate un Fortasec, por si acaso.
- No desperdicies tus energías en entrar a la Plaza del Trigo. No son afortunados los que llegan a poder entrar, de verdad que no. La mayoría de personas, muy a mi pesar, que se agolpan allí son pistoleros, que están a la fiesta más que al concierto 'sorpresa' de Alcalá Norte. Intentar adentrarte en esa jungla acabará con tu paciencia, con tu bebida y con la noción de la orientación. Tienes el escenario Charco, la Plaza de la Sal… Otros lugares donde disfrutar de conciertos sin sentir el agobio de la multitud.
- Respeta el pueblo como si fuera el tuyo. La gente de Aranda se vuelca con el festival y están encantados, por lo general, de acogernos. Cierto es que los que alquilan sus casas sacan un buen pico por ello, pero también saben que el evento sitúa la localidad a nivel nacional de una manera sobresaliente. Así pues, el deber de los que acudimos es no mear en cualquier lugar, no provocar destrozos y no molestar en exceso a quien desarrolla su vida de manera corriente en esos días.
- En el recinto, ni se te ocurra ir a mear o pedir tú solo. No porque conlleve ningún peligro, sino porque pueden pasar horas hasta que vuelvas a encontrar a tus amigos. Tengo algún colega que se fue a mear en la edición del 2019 y todavía no ha vuelto (aunque algunas teorías sostienen que es que ahora tiene pareja). La cobertura de los móviles no es ni mucho menos óptima cuando hablamos de miles y miles de personas en un espacio reducido, e incluso si logras contactar, escuchar algo puede ser complicado. Por lo tanto, no te alejes de tu grupo solo, llévate a alguien siempre contigo, porque puede ser tu compañero el resto de la noche.
- No te mames como un perro el primer día. En ciclismo, las caídas en las primeras semanas de las grandes vueltas condicionan el desarrollo de la prueba las siguientes jornadas. Favoritos dejan de serlo y muchos se van para casa tras meses de preparación. De igual forma, no te embriagues demasiado el primer día, no comiences el Sonorama con tanto entusiasmo, porque los esfuerzos se pagan y se arrastran. Gradualmente, haciendo fondo, pim pam, pim pam. A ritmo, como si fuera el Galibier.
- Lleva el móvil bien cargado de batería siempre. El cargador cerca, las baterías externas preparadas. Es otro tema este que puede llegar a ser un problema si no lo cuidas con mimo. Aprovecha cualquier enchufe para cargar tu celular y no derroches batería porque nunca sabes en qué momento te va a hacer falta.
- Vete por la música, no por la fiesta. Te lo vas a pasar bien sin quererlo, así que, por favor, vete a ver conciertos, descubre grupos, estúdialos antes del festival. Si solo vas a ver a Dani Fernández, Izal, Shinova y Rozalén, yo mismo me encargo de buscarte otro millón de festivales en los que también estarán ellos.
Como ves, el Sonorama es una carrera de fondo. Hay que ser inteligente y conocer tus límites. Debes buscar la comodidad como un niño de Teruel busca la tranquilidad en una piscina. El calzado más cómodo que tengas para recorrer Aranda, el recinto y cualquier lugar al que te lleve este maravilloso evento. Reserva energías siempre que puedas porque la siguiente rampa puede ser tremenda; echa mano de tus compañeros de equipo, gregarios y líderes en hacer de tus días en Aranda algo inolvidable.