Riaño y la montaña leonesa siempre nos han parecido uno de los lugares más espectaculares para realizar una escapada con encanto ya que combina naturaleza, lugares con identidad y paisajes fascinantes. Atraídos quizá por las bonitas montañas y sus gentes aguerridas, dispuestas a todo por defender su tierra.

La historia de Riaño viene marcada por el fatídico 7 de julio de 1987. Durante la noche, este municipio leonés fue tomado por el ejército y sus últimos habitantes fueron expulsados. Quizá, lo más doloroso de todo fue la destrucción total que realizaron, reduciendo todo el municipio a escombros, así como también las localidades de Anciles, Salió, Huelde, Éscaro, La Puerta, Pedrosa del Rey, parcialmente Burón y algo de Vegacerneja.

Aun así, los vecinos del Valle de Riaño resisten y miran al futuro con esperanza, esa que sepultó el pantano, y del que hoy tratan de hacer un lugar atractivo para todas las personas a las que les gustan las actividades acuáticas y de aventura.

Tras remar en kayak, paddle surf, hidropedal o quizá tras un viaje en barco es posible que te haya entrado hambre y quieras acercarte al pueblo para probar la sopa de Maruja en el bar Gilbo, la empanada de la panadería de Tomás o un arroz en el restaurante Luigi.

Por la tarde quizá quieras acercarte a Crémenes y caminar por su calzada romana o a conocer la catedral de la montaña y la casa del humo en Lois, una bella localidad situada en medio de la montaña que te dejará con la boca abierta.

Todo esto y mucho más te contamos en este artículo que sirve de homenaje a todos los vecinos que lucharon y siguen luchando por darle un futuro a este lugar que consideramos único en el mundo.

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