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Clásico

SpeaKers Corner

Por Andrés Miguel

La cuna de la civilización


Déjame comenzar con algunas cifras respecto al año 2.020:

  • -11,2%, caída del Producto Interior Bruto.
  • -12,6%, caída del Consumo.
  • -18,3% caída de la Inversión.
  • -22,7%, caída de las Exportaciones.

 

Pero no todo ha sido caer, en algunas cosas hemos subido…

  • + 17,1%, incremento del Paro.
  • + 11,3%, incremento del Déficit Público.
  • + 5,3%, incremento de la Población en Riesgo de Pobreza (ya un 26%, ¡en torno a 12 millones de personas!).

 

Y hay otros datos que no conviene olvidar:

  • 220.000 empresas al borde de la Quiebra.
  • 75% de las empresas de hostelería no pueden hacer frente a sus gastos financieros.

 

Podría seguir… pero voy a resumir: Nos encontramos en una encrucijada dramática en lo humano y en lo económico; no valen medias tintas.

 

¿Qué vamos a hacer con este país? ¿Sobre qué vamos a centrar nuestros esfuerzos, adónde vamos a dirigir nuestra atención, a qué vamos a destinar el ingenio de nuestra sociedad y sus capacidades?

 

Para mí, sin duda, primero lo humano, si bien ligado inexorablemente a lo económico.

 

Conceptualmente resulta difícil embarcarse en una lucha contra la pobreza, porque el hambre, una de sus consecuencias, es para nosotros algo de otros tiempos, cosa del pasado; no podemos siquiera imaginar qué es pasar hambre, hambre de verdad, no el que paso yo cuando me pongo a dieta, hambre que ya es horrible de por sí, pero (habida cuenta lo que me duran las dietas) pasajero. Me pregunto yo qué esfuerzo le vamos a dedicar a esto cuando ocultamos el problema, cuando escondemos las colas del hambre y obviamos sus estragos. Y lamento decir que la solución no es un subsidio, sino un empleo. Pero, a la creación de empleo, presiento que no vamos tampoco a destinar nuestros ingenios.

 

Resulta complicado crear empleo eliminando políticas que lo generaron, asfixiando a las empresas que lo promueven, olvidando a los emprendedores que apuestan por ello a pequeña escala… esencialmente porque el Estado necesita los impuestos que asfixian a estos para seguir subsidiando a tantos otros. Y en esta dinámica seguiremos engrosando las listas de parados, oscureciendo más y más nuestro futuro.

 

Son muchas las tareas necesarias que acometer para salir de esta debacle, de verdad, más fuertes, pero tengo muchas dudas al respecto de que nos arremanguemos y nos pongamos a ello.

 

En vez de hacerlo, vamos a ocuparnos de vergonzantes luchas de poder, a enredarnos en descarnados juegos de tronos, en mociones, en propaganda, en mentiras… vamos a enconar nuestros odios, a afilar la navaja de las diferencias…   

 

Este país tiene tanta Historia que le queda tan sólo diluirse. Y no va a morir de éxito. Pensándolo bien, si morir en tiempos de bonanza no sirve de nada, aún vale menos ahora, cuando es fácil que ni siquiera te incluyan en la estadística…

 

Sólo nos queda empeorar, lamento decirlo.

 

No sé si los más viejos lo veremos, pero este país será rescatado por Europa y nos impondrán medidas más drásticas que las que hoy habría que tomar para enderezar la situación. Dolorosas. Nos obligarán a pagar una deuda pública que acaso habremos escondido tras años de gasto incontrolado, llegarán recortes sucesivos en las pensiones, mayores subidas de impuestos, rebajas en los niveles de ingreso mínimo. Las consecuencias sociales se harán palpables en un evidente deterioro de los niveles de salud (fruto de una atención sanitaria con menos medios), observaremos disminución de la esperanza de vida, incremento de los suicidios, pervivencia de la corrupción, aumento de la delincuencia, de la emigración…

 

Tal vez pensarás que exagero, creerás quizás que me pasé con la codeína o con el Anís del Mono. Ni mucho menos. Tan sólo he reparado en Grecia… la cuna de la civilización… Cada día nos parecemos más a ellos.