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El Ministerio de Sanidad ha anunciado que trabaja en la actualización del protocolo de prevención de fragilidad y caídas en personas mayores para reforzar los sistemas de promoción de la salud y prevención y evitar la sobrecarga de los sistemas sanitarios.
Concretamente, Sanidad quiere actualizar el plan de prevención de caídas en personas mayores, que busca identificar en distintos ámbitos a las personas mayores de 70 años que puedan tener riesgo de caídas para ofrecerles la ayuda necesaria y prevenir posibles lesiones.
Según los últimos estudios, el coste de tratar a una persona mayor con fragilidad asciende a 2.500 euros al año, el doble del coste de tratar a una sin fragilidad, explica el departamento que dirige Mónica García.
El aumento progresivo del envejecimiento poblacional implica el aumento de las necesidades y la demanda de los servicios sanitarios y de cuidados. En España, las mujeres viven en promedio hasta los 88 años y los hombres hasta los 83,9. Sin embargo, a partir de 65 años, solo la mitad los viven con buena salud: 10,3 años para las mujeres y 10,7 para los hombres.
Sanidad incide en el reto "no solo de proporcionar años a la vida, sino vida a los años: a través de la promoción de un envejecimiento saludable, con perspectiva de curso de vida y equidad", en el marco de la Estrategia de Promoción de la Salud y Prevención en el Sistema Nacional de Salud.
Según recientes estudios, el 18% de las personas mayores de 65 años padecen fragilidad. Esta cifra varía según el entorno: un 12% en la comunidad y un 45 % en contextos como hospitales o residencias, donde las personas suelen presentar problemas de salud más complejos.
"Es importante destacar que la fragilidad está estrechamente relacionada con la edad. A medida que envejecemos, aumenta su prevalencia: entre un 2,5% y un 6% en personas de 70 a 75 años, y hasta un 38% en mayores de 85 años", detalla el departamento de García.
Señala que aunque el envejecimiento es un factor clave, la fragilidad no es inevitable y por tanto se pueden tomar medidas para prevenirla, identificarla a tiempo y, en muchos casos, revertirla.
El Ministerio de Sanidad recuerda que las personas frágiles requieren más atención médica y social, lo que supone un coste considerable para el sistema sanitario.
"Abordar la fragilidad es crucial no solo para mejorar la calidad de vida de las personas mayores, sino también para asegurar la sostenibilidad del sistema de salud", concluye. EFE
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