Ratcliffe, el nuevo director de la CIA bajo el Gobierno de Trump, ha señalado desde hace tiempo al Instituto de Virología de Wuhan
El rey Carlos III del Reino Unido ha suspendido la asignación financiera que le suministraba a su hermano Andrés, duque de York, según revela el autor de un libro sobre el monarca británico que será publicado este mes.
El jefe de Estado, que ascendió al trono en 2022, ha dejado de proporcionarle a su hermano la subvención y también la seguridad de la casa donde reside, Royal Lodge, ubicada en los terrenos del castillo de Windsor (a las afueras de Londres), de 30 habitaciones.
El palacio de Buckingham, residencia de la familia real británica, no se ha pronunciado sobre el contenido del libro del autor Robert Hardman, algunos de cuyos extractos adelanta hoy el 'Daily Mail'. Según ese libro, los responsables de las finanzas reales han recibido instrucciones de poner fin a la asignación de Andrés, por lo que ahora el príncipe tendrá que encontrar la manera de pagar el mantenimiento y la seguridad de Royal Lodge, edificio del siglo XIX.
El duque de York está apartado de las funciones de la monarquía tras el escándalo por su amistad con el estadounidense Jeffrey Epstein, que se suicidó en 2019 en una cárcel de EE.UU. acusado de delitos de explotación sexual de menores.
En 2019, el príncipe concedió una entrevista a la BBC para hablar de esa amistad, después de que los medios publicasen fotos del año 2010 en las que se veía al duque en la casa de Epstein en Nueva York despidiéndose de una joven mientras ésta se marchaba de la vivienda.
Se espera que el libro de Robert Hardman, 'Carlos III: nuevo rey. Nueva corte. La historia desde dentro', salga publicado el día 7 de noviembre.
Ratcliffe, el nuevo director de la CIA bajo el Gobierno de Trump, ha señalado desde hace tiempo al Instituto de Virología de Wuhan
El establecimiento de una fecha fija es un debate que comenzó hace tiempo pero en la que aún no se han puesto de acuerdo las diferentes confesiones
Ya había impedido tomar un vuelo a dos jóvenes pasajeras que llevaban camisetas con el abdomen al aire y a un joven que llevaba una sudadera con capucha y un lema
Fueron los primeros compases de una crisis sanitaria de origen todavía incierto: el pasado diciembre la propia OMS volvió a pedir a Pekín transparencia