El Grupo Municipal Imagina está, oficialmente, despedazado. Todo parecía indicar, una vez que los tres concejales de Podemos anunciaran que seguirían como concejales sin seguir las directrices de la candidatura ciudadana -posteriormente Marco Manjón se desmarcó-, los inscritos parecían tener claro que habían incumplido el código ético y debían abandonar la formación. 

Es verdad que, de puertas para fuera, desde el Consejo de Coordinación se aseguraba que seguían trabajando para encauzar la situación y tratar de solventar el asunto sin llegar al extremo al que se llegó este jueves 5 de abril. Cierto es también que las condiciones de unos y otros estaban muy lejos de de coincidir en algún momento porque desde Podemos se exigía, entre otras muchas cosas, algún tipo de castigo a Antea Izquierdo sin que desde la formación ciudadana moviera ficha. 

Además, muchos afiliados de Imagina sintieron como una especie de traición el hecho de que se filtrara el presunto doble cobro del IDJ por parte de Sara Hojas. La propia concejala del Ayuntamiento y Diputada Provincial negó ciertas afirmaciones, asegurando que estaba dentro del código ético del partido arropada por el resto de la formación. Algunos inscritos no dudaron en señalar a Salinero como el responsable de la "jugarreta". Hay que recordar que desde Podemos se insistía en que sus concejales eran los únicos que trabajaban, señalando a Hojas y a Antea Izquierdo como dos ediles que apenas participaban en la vida política de la ciudad. 

ANTEA IZQUIERDO, DETONANTE

De hecho, si hay que poner un punto de inflexión, un detonante o, si se permite la expresión, un detonador que provocara la explosión interna de Imagina, nadie duda en que ese fue el nombramiento de Antea Izquierda para suplir la marcha de Javier Gil en mayo del pasado año. Ya desde el primer día, la nueva edil se convirtió en el foco de la opinión pública y de sus propios compañeros, no solo por su vestuario de camisetas que luce en cada Pleno, sino por su manera de trabajar. 

Y es que, desde Podemos aseguran que Izquierdo estaba más pendiente de asuntos como la independencia de Cataluña o los presos de Alsasua que de su propia ciudad. De hecho, la concejala apenas ha trabajado en propuestas propias ni ha intervenido en comisiones y Plenos. Su intervención más destacada fue la de alertar de la pérdida de los fondos de UNESPA si el Ayuntamiento no ejecutaba el presupuesto de bomberos cuando éste ya estaba al 90 por ciento. Sin duda, nada por lo que elogiarla sino todo lo contrario. 

Pero nada de eso colmó la paciencia de sus compañeros de formación, sino que fueron sus constantes rupturas de la disciplina de voto, después de que se decidiera en el seno de la asamblea ciudadana, la que terminó por volarlo todo por los aires. Los tres concejales de Podemos se hartaron de apagar fuegos el día que Eva de Ara y Sara Hojas acompañaron a Izquierdo en su ruptura. Lo demás, es historia conocida. 

¿QUÉ SUCEDERÁ AHORA?

El Ayuntamiento pasará a tener cuatro concejales no adscritos -Fernando Gómez, Silvia Álvarez de Eulate, Blanca Guinea y Raúl Salinero-. Todos los partidos salvo el PSOE habrán perdido al menos un edil desde que se configurara el Salón de Plenos en junio de 2015. Por tanto, la situación deja contra las cuerdas la capacidad de decisión de Imagina y refuerza las de los socialistas y el Equipo de Gobierno. 

Los dos concejales de Podemos aseguran que seguirán trabajando de manera autónoma, si bien es cierto que no pueden proponer en los Plenos, auque sí tendrán participación en las comisiones. Eva De Ara ejercerá de portavoz de Imagina, que se queda con cuatro concejales, y los 'morados' se 'frotan las manos' asegurando que ahora se verá quién trabajaba o no. 

En clave electoral, las cosas son más complicadas. Salinero ya piensa en las elecciones del año que viene como marca Podemos, pero es evidente que esta crisis le pasará factura. Las expectativas de repetir resultados como Imagina no eran muy altas, pero como Podemos pueden ser más bajas aún. Desde luego, la formación ciudadana lo tendrá aún más difícil porque, al fin y al cabo, ha sido el nombre que suena cuando se habla de una ruptura total de un partido en mitad de la legislatura. Solo el votante tendrá la respuesta.