logo

¿Y si el centro histórico de Burgos fuera completamente peatonal?

El fallido experimento de la calle Santander solo retrasa los planes del alcalde, que ya anunció estar dispuesto a seguir ampliando los espacios sin coches. 

imagen
¿Y si el centro histórico de Burgos fuera completamente peatonal?
Lectura estimada: 3 min.

Cuando hace cuatro meses se anunció la peatonalización de la calle Santander los domingos y festivos, el alcalde, Javier Lacalle, advirtió que no sería la única en ser "recuperada parcialmente para el peatón", sino que los servicios técnicos del Ayuntamiento ya estaban estudiando otros cortes en la calle San Pablo y el Paseo de la Audiencia. De hecho, el primer edil iba más allá y aseguraba que, más tarde o más temprano, todos estos espacios serían permanentes. 

 

En ese planteamiento, Lacalle no solo mencionó a las tres calles planteadas en un inicio, sino también habló de la calle Miranda, donde se encuentra la Estación de Autobuses, y la plaza Hortelanos. Ésta última, y casi como una especie de contestación a su fallido experimento de estos meses, se ha empezado a peatonalizar parcialmente en su zona más próxima a San Lesmes, algo que no ha gustado a los concesionarios del Mercado Norte, porque supondrá la supresión de varias plazas de aparcamiento. 

 

Todas las maniobras del alcalde y su defensa hacia la recuperación del mayor número de espacios posibles para el peatón, hacen pensar en una ciudad futura con todo el Centro Histórico peatonal, lo que obligaría a reordenar el tráfico y la circulación de los autobuses, que en la actualidad están viendo modificado su mapa de líneas. 

 

UN NUEVO ORDENAMIENTO

 

"La calle Santander será, tarde o temprano, permanentemente peatonal", dijo el alcalde hace unos meses al tiempo que sacaba pecho de las decenas de vías que en los últimos 10-15 años se han ido recuperando para los peatones. Si hacemos caso a su planteamiento, habría que pensar en cómo iba a afectar al tráfico rodado, pero no solo al de vehículos, sino al de autobuses. 

 

Si la calle Santander estuviera cortada al tráfico permanentemente y no se produjera ninguna modificación más, los coches que quisieran ir desde la calle Valladolid hasta la avenida del Cid tendrían que torcer en la Avda. Arlanzón y subir, como mínimo, hasta la calle Santa Casilda. En el caso del transporte urbano, es muy probable que el recorrido fuera algo mayor, puesto que la anchura de la calzada de la calle Segocia lmitaría mucho su circulación. 

 

La situación sería mucho más caótica si se optara, por ejemplo, por cambiar el sentido de la calle San Lesmes, algo que se puso sobre la mesa con la peatonalización de la calle Santander. Los coches que quisieran circular de la Plaza España hacia la calle Madrid, tendrían que optar por callejear por la zona de Bernardas hasta dar a la calle Vitoria y ya bajar hasta la plaza del Cid.

 

Pero, ¿qué pasaría por ejemplo con la línea de autobús 39? Nuevamente, su tamaño le impediría realizar las maniobras de los vehículos y tendría que bajar por la avenida del Cid para volvera subir por La Paz, llegar hasta Avda. Cantabria y torcer de nuevo en Vitoria. Sin duda, un zig-zag demasiado rocambolesco para curbrir una distancia de apenas 300 metros, por no hablar de que habría que reordenar nuevamente el mapa. 

 

ENTRADA DE CAMIONES A ZONAS PEATONALES

 

Si todos los cambios planteados anteriormente fueran una realidad, habría que preguntarse qué ocurriría con el transporte de suministro que supone la entrada de camiones a zonas peatonales. En la actualidad son innumerables las quejas ciudadanas por los atascos que se producen en zonas como la calle La Puebla, Laín Calvo o La Paloma en horas matutinas. Unas molestias que desde el Ayuntamiento están intentando regular a través de la mejora de horarios sin que se haya dado un paso en muchos años. 

 

Tendría muy poco sentido, que en una ciudad con la práctica totalidad del centro histórico cortado, se siguieran viendo camiones, furgonetas e incluso coches en todas esas zonas peatonales, aunque solo sea por un tiempo limitado de 10 o 20 minutos. Esto lleva a la conclusión de que todo ese transporte debería quedar fuera del límite peatonal, algo que ya ocurre en otras ciudades. 

 

La opción más lógica, por espacio y cercanía, es que los camiones estacionaran en la Plaza España mientras los transportistas llevaran sus suministros a pie. Otro lugar sería la Plaza del Cid, la Plaza de Castilla o la calle Valladolid a la altura del Puente de Santa María. Cualquiera de esas opciones, se pueden prever como incómodas para el tráfico. 

 

A día de hoy parece imposible de imaginar una ciudad similar a la expuesta, pero Javier Lacalle ya ha señalado que tarde o temprano sucederá, aunque él no sea alcalde, y ya ha encargado informes a los técnicos municipales, los mismos que desaconsejaron la peatonalización parcial de la calle Santander. El tiempo dirá si lo que hoy parece una idea rocambolesca, no se convierta en una realidad incómoda. 

0 Comentarios

* Los comentarios sin iniciar sesión estarán a la espera de aprobación
Mobile App
X

Descarga la app de Grupo Tribuna

y estarás más cerca de toda nuestra actualidad.

Mobile App