Burgos será el escenario este domingo del duelo de titanes el Recoletas Burgos y el VRAC Quesos Entrepinares. Ambos equipos quieren alzarse con el título en una reedición de la épica final de Liga que se vivió la temporada pasada. 

De levantar el título de nuevo el VRAC sumaría su liga número 13, demostrando que continúa siendo el dominador de la competición y del rugby patrio con 11 títulos en los últimos 15 años, si consigue salir victorioso de suelo burgalés. Por su parte los de José García llevan en División de Honor desde 2018 y han demostrado estar más que preparados para conquistar un título que se les resiste e intentarán que a la segunda, vaya la vencida.

Esta será la tercera final del año en la que estos dos equipos se vean las caras, lo que muestra todavía más su dominio y regularidad. La balanza esta temporada se inclina hacia los burgaleses, que salieron victoriosos en la Supercopa 27-30 (consiguiendo su primer título en categoría nacional de la historia) y en la Copa de S.M. El Rey 19-20. En liga regular los vallisoletanos cayeron 24-31 a la ida y consiguieron ganar a domicilio 26-27 en la segunda fase. Cuatro encuentros que se han decidido siempre por 7 puntos o menos.

Para el técnico vallisoletano, Diego Merino, "el equipo llega bien", según aseguró en la rueda de prensa previa celebrada en el Ayuntamiento de Valladolid. "Tenemos que poner mucha intensidad porque ese es uno de los puntos fuertes del rival. No podemos cometer los errores de la Final de la Copa del Rey. Son aspectos a pulir". Merino, cuestionado por la renuncia del rival a asumir favoritismo, dejó claro que "ellos tienen jugadores que han jugado muchas finales con Burgos y también estando nosotros. Nos han ganado dos finales, tres partidos, han ganado la fase regular... la realidad es que nosotros entramos en la final como segundos y ellos como primeros".

Por su parte José García, técnico del Recoletas Burgos-Caja Rural, también podrá disponer de todos los jugadores "salvo Valentín que llega con una lesión de larga duración. Obviamente hay tocados, golpeados, pero dentro de lo normal. Anímicamente también estamos muy bien, porque nos hemos preparado durante todo el año y que la final sea conta VRAC nos tira más todavía ya que tenemos la oportunidad de revancha de la última final de Liga".

Respecto al papel de favoritos, José cree que la etiqueta no es clara para nadie, "pero va a quedar en un segundo plano. Los dos sabemos que vamos a competir hasta el último minuto, y quién sea favorito no importa mucho. En una final te olvidas de todas esas consideraciones, y llegamos sabiendo que jugamos contra un equipo muy serio, ante el que los últimos 9 ó 10 partidos se han decidido en los minutos finales".

Jugar en casa "es sin duda un premio y un regalo", continúa José. "No sólo para nosotros por el trabajo realizado durante todo el año, sino para toda la gente de Burgos que nos acompaña siempre a los partidos y nos hace sentir que somos locales allá donde estemos. Ahora nos toca jugar una final en casa por primera vez y lo vamos a disfrutar y tratar de aprovecharlo al máximo".

Por último y centrándose ya en el partido, el técnico burgalés asegura que "es imposible saber qué va a pasar. Va a haber un nivel de contacto altísimo y los dos equipos vamos a tratar de imponer nuestro juego. El VRAC es un equipo muy duro en la delantera y seguro que habrá mucha presión en los puntos de encuentro. Esperamos máxima intensidad en lo que dure el partido, 80 minutos o tiempo complementario. Nos hemos preparado para todo, para el mejor y el peor escenario posible. Contra el VRAC siempre hay que ponerle a los partidos un punto más de intensidad".