Escuchaba esta semana en una entrevista a Rafa Nadal comentando, al hilo de su retirada del deporte profesional, las numerosas lesiones que había sufrido durante toda su carrera. Comentaba como la medicina y las terapias regenerativas habían evitado, en varias ocasiones, su paso por quirófano y habían acelerado su recuperación, como en el caso de la tendinitis rotuliana que trajo de cabeza al tenista mallorquín durante una gran parte de su periplo como profesional.
Junto al doctor Mikel Sánchez compañero traumatólogo en Victoria, fueron médico y deportista pioneros en el uso de dichas terapias que, aunque inicialmente se aplicaron casi en exclusiva a deportistas, su uso se ha extendido a toda la población en los últimos años
En las terapias regenerativas la clave para lograr mejorar y acelerar la recuperación de lesiones está en la propia sangre, "el cuerpo se cura a sí mismo". La medicina regenerativa aprovecha el potencial curativo natural del organismo y se ha mostrado prometedora en diversos campos de la medicina, como la ortopedia, la dermatología, la odontología y la cicatrización de heridas. Pero, ¿qué es y cómo funciona la medicina regenerativa?
Cuando un tejido sufre un daño se pone en marcha unos mecanismos para reparar y curar la lesión. Conseguir una reparación eficaz y rápida de dichas lesiones es el objetivo de la medicina regenerativa. Existen dos líneas fundamentales: células madre y factores de crecimiento. Los factores de crecimiento son proteínas o sustancias presentes en nuestra sangre cuya función es la estimulación de la multiplicación de las células madre, incluida la diferenciación de sus funciones para reparar cualquier lesión que exista en nuestro cuerpo
Se ha demostrado la eficacia del plasma rico en factores de crecimiento en el tratamiento de la artrosis
Es un tratamiento que realizamos en la consulta y no lleva más de 20 minutos. Comienza de manera muy segura extrayendo alrededor de 10 o 20 centímetros cúbicos de sangre del paciente que pasa a centrifugarse para dividir las diferentes células y elementos que la componen. Inmediatamente después, bajo las más estrictas medidas de esterilidad, se separa el concentrado de factores de crecimiento del resto de la sangre. El último paso es inyectarlo con la mayor precisión en la lesión donde se quiere activar y multiplicar su capacidad natural de reparación y regeneración.
Se puede aplicar a lesiones tendinosas, musculares, ligamentosas, del cartílago, meniscales e incluso para acelerar la curación de fracturas.
Especial mención merece su aplicación en pacientes que sufren de artrosis; en España esta enfermedad afecta en torno al 30% de la población mayor de 40 años y al 80% de los mayores de 65 años. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la artrosis es la cuarta enfermedad que más calidad de vida resta a los pacientes por cada año vivido. Numerosos estudios clínicos han demostrado la eficacia del plasma rico en factores de crecimiento en el tratamiento de la artrosis. Los casos estudiados han mostrado mejoras en los niveles de dolor, la función articular y la calidad de vida tras el tratamiento.
La medicina regenerativa nos permite curar sin el uso del bisturí y gracias a ella cada vez precisamos menos de la cirugía para manejar con éxito determinadas patologías del sistema musculoesquelético.