El delegado del Gobierno en Castilla y León manifiesta que "nunca se puede dar por cerrado el caso cuando no se resuelve de forma satisfactoria"
El delegado del Gobierno en Castilla y León, Nicanor Sen, informó hoy en Burgos que la desaparición de Marisa Villaquirán, ocurrida hace más de 20 años, sigue siendo un caso sin resolver, y que no se han identificado sospechosos hasta el momento. El delegado aseguró que las investigaciones continúan de manera activa, a pesar de que la reciente operación llevada a cabo la semana pasada no haya arrojado resultados positivos.
Sen explicó que, tal y como ocurre en todos los casos, las pesquisas seguirán adelante. "El caso no se puede cerrar mientras no se resuelva satisfactoriamente. Las investigaciones continúan y se están analizando nuevas pistas que podrían arrojar información relevante", comentó ante los medios antes de la entrega de los diplomas de la VI Ciberliga de la Guardia Civil en su modalidad pre-amateur.
En relación con los operativos recientes, efectivos de la Policía Nacional llevaron a cabo un registro la semana pasada en la Iglesia Evangélica Filadelfia, situada en el casco antiguo de Miranda de Ebro (Burgos). La operación fue impulsada por nuevos indicios que sugerían la posibilidad de que Marisa Villaquirán pudiera haber sido ocultada en el interior del templo, aunque los resultados no confirmaron tal hipótesis.
La desaparición de Marisa Villaquirán, una mujer de 38 años, el 7 de diciembre de 2004, sigue siendo un misterio que conmocionó profundamente a la comunidad mirandesa. Desde entonces, familiares y ciudadanos han organizado numerosas manifestaciones exigiendo el esclarecimiento del caso y la aparición de nuevos avances en la investigación.
El delegado del Gobierno en Castilla y León manifiesta que "nunca se puede dar por cerrado el caso cuando no se resuelve de forma satisfactoria"
Considera una "vergüenza" que la investigación vuelva a mirar en esta iglesia, que ya fue registrada en 2004, y lamenta la "mala imagen" que esta situación les da
El joven, de 15 años, pidió además un millón de euros para que no estallara y cuando la policía llegó a su casa reconoció que lo hizo para gastar una broma
Ha tenido lugar en el polígono de Villalonquejar