El Consejo de Colegios de Enfermería de Castilla y León se suma a la petición de endurecer las penas para quienes agreden a los profesionales sanitarios en el contexto del Día Europeo contra la violencia a los profesionales sanitarios que se conmemora este miércoles, 12 de marzo. La violencia contra las enfermeras y enfermeros continúa en aumento, tal y como reflejan los últimos datos del Observatorio de Agresiones del Consejo General de Enfermería (CGE). En Castilla y León, en 2023 se registraron 775 agresiones a profesionales sanitarios, de las cuales 290 afectaron a enfermeros y enfermeras, lo que pone de manifiesto la urgencia de adoptar medidas más estrictas para proteger a estos profesionales.

Cifras alarmantes en Castilla y León

En España se denunciaron en 2023, último año del que existen datos concretos y consolidados, un total de 2.840 agresiones a enfermeras, según las cifras recogidas por el Observatorio Nacional de Agresiones. Castilla y León ocupa en este registro una de las posiciones más preocupantes con un número de 775 agresiones confirmadas a profesionales del sector sanitario a lo largo de ese último año de los que 290 fueron a enfermeras, que se convierte así de nuevo en el grupo de víctimas con más denuncias por violencia durante su actividad laboral. Este es el desglose por áreas asistenciales y categorías profesionales:

Una situación insostenible

El presidente del Consejo de Enfermería de Castilla y León, Enrique Ruiz Forner, resalta que "las agresiones a los profesionales sanitarios no pueden seguir normalizándose. Es urgente que las administraciones actúen con firmeza y eleven las penas para quienes atacan a las enfermeras que, cada día, dedican su esfuerzo y profesionalidad a cuidar de la salud de todos".

"El miedo con el que trabajan muchas enfermeras es inaceptable", afirma Ruiz Forner. "Necesitamos una protección real, con penas más duras para quienes nos agreden. Nadie debería enfrentarse a insultos, amenazas o agresiones físicas cuando su única labor es cuidar a los demás", añade el presidente del Consejo Regional de Enfermería.

La representación colegial de la Enfermería de Castilla y León insiste en que las penas actuales son insuficientes. Si bien las agresiones a sanitarios están tipificadas como delito de atentado a la autoridad, las condenas suelen ser bajas, con sanciones de solo unos meses de prisión y multas reducidas.

Esta falta de contundencia permite que muchos agresores reincidan, tal como revelan los datos aportados por la Policía Nacional.

Más contundencia y una respuesta más decidida frente a los agresores

El Consejo de Enfermería de Castilla y León insta a las autoridades a tomar medidas inmediatas para garantizar la seguridad de los profesionales sanitarios. Entre las peticiones más urgentes se encuentran:

• Aumento de las penas para los agresores, con sanciones más duras y ejemplares.
• Reconocimiento de los profesionales de la sanidad privada como autoridad, para que disfruten de la misma protección legal que sus compañeros del sistema público.
• Mayor sensibilización y prevención, mediante campañas de concienciación dirigidas a la ciudadanía.
• Refuerzo de los protocolos de seguridad en hospitales y centros de salud.

El Consejo de Enfermería de Castilla y León recuerda que las enfermeras no solo enfrentan una gran presión asistencial, sino que además deben soportar condiciones laborales difíciles. En este contexto, ser víctimas de agresiones físicas o verbales es inaceptable y debe erradicarse con la implicación de todos los actores políticos y sociales.

"Las agresiones no son parte del trabajo de una enfermera ni de ningún profesional sanitario. Cuidar de la salud de la población no debe conllevar el miedo a ser insultado, amenazado o golpeado. Es momento de actuar con determinación", reclama Enrique Ruiz Forner.