'La noche de las Flores', forma parte de la serie 'Los Crímenes de Müller', una trama oculta que engancha y sorprende a los lectores
De Cuba a Burgos, el viaje literario que convirtió a María Estébanez en escritora de novela negra
'La noche de las Flores', forma parte de la serie 'Los Crímenes de Müller', una trama oculta que engancha y sorprende a los lectores
En un mundo literario donde las novelas negras se construyen sobre fórmulas bien conocidas, María Estébanez ha decidido no seguir el camino fácil. Su primera obra, La Noche de las Flores, es una novela que se escapa de lo convencional, con una estructura narrativa arriesgada, personajes sorprendentes y una trama que juega al límite con la curiosidad del lector.
En el calor húmedo de Cuba, mientras las lluvias caían sin cesar, María Estébanez vivió un momento clave que daría inicio a su aventura literaria. "Fue en un taxi, en La Habana. De repente me vino a la cabeza la frase: 'Cuando Luis de Buruaga cogió el azucarillo supo que todo había terminado'." María, sorprendida por la fuerza de esa idea, no sabía quién era Luis de Buruaga, pero esa frase se quedó en su mente como una chispa. La protagonista de su historia aún no existía, pero a partir de ese instante, todo comenzó a tomar forma. Durante ese viaje, comenzó a darle vueltas al concepto de lo que podía ser una historia de misterio y crimen en un valle que conocía bien: Guriezo. Sin embargo, no fue hasta varios años después, en 2023, cuando se sentó finalmente a escribir, tomando todas esas ideas dispersas y plasmándolas en papel.
"Era 2016, un momento de explosión vital total, de viajes con amigas y no me veía capacitada para asumir una responsabilidad como la que supone escribir un libro, pero fui anotando todo con la idea de que algun día fuera una realidad", señala.
La Noche de las Flores no nació en un mar de inspiración continua, sino en fragmentos de ideas, anotaciones y reflexiones dispersas. "Mi proceso fue mucho más nato. A veces estaba meses sin tocarlo, y luego regresaba con más ideas", explica la autora. Cuando finalmente decidió que era el momento de escribir, lo hizo a su propio ritmo, sin dejarse llevar por las prisas o las expectativas del mercado. De hecho, la escritura de su novela se convirtió en una experiencia profundamente personal. Mientras sus hijos dormían, María aprovechaba la tranquilidad de la noche para escribir durante horas. Pero no estuvo sola en este viaje literario. Su pareja y su familia fueron sus mayores apoyos, alentándola y motivándola a seguir, incluso cuando parecía que no había tiempo para nada más.
El proceso de encontrar la editorial adecuada no fue fácil para María. Tras ponerse en contacto con varias editoriales en Madrid que ya tenían su calendario de publicaciones cerrado para 2025, decidió probar con una editorial de Burgos, Atticus. "Fue un poco por intuición y por las sensaciones que me transmitieron. Desde el primer momento sentí un 'feeling' muy especial con ellos," explica. María destaca lo importante que fue el trabajo en conjunto con Atticus, que se involucraron al máximo en la corrección, en asegurarse de que las fechas y los detalles fueran precisos, y en dar forma a su visión del libro. "Al final, elegí confiar en ellos y ha sido la decisión correcta," comenta.
Lo primero que llama la atención al leer La Noche de las Flores es su estructura. La novela no sigue el formato tradicional: tiene capítulos breves, un índice narrativo y otro cronológico."Muchos lectores de novela negra disfrutan de desentrañar la historia en varios niveles, y quise ofrecerles esa posibilidad. No se trata solo de leer la historia, sino de vivirla de una manera activa, casi como un juego detectivesco", dice María. A pesar de las sugerencias de algunos editores de simplificar la estructura para hacerla más accesible, ella prefirió mantener su estilo, incluso si eso significaba que la obra llegaría a un público más pequeño.
Uno de los elementos más interesantes de La Noche de las Flores es la presencia de dos periodistas como protagonistas. En un mundo donde los detectives suelen ser los héroes indiscutibles de la novela negra, María ha decidido apostar por una figura diferente. "El periodismo es algo que me apasiona, y siempre me ha atraído la idea de los periodistas de investigación, que dedican tiempo y recursos a descubrir la verdad", explica. A través de sus personajes, Estébanez revive esa esencia de los periodistas que se adentran en los entresijos de los crímenes con la paciencia y meticulosidad necesarias para desvelar lo que muchos preferirían dejar en la oscuridad, "algo que ha desaparecido prácticamente de las redacciones pero me parecía muy divertido revivir ese periodismo".
El 2025 está siendo un año de logros para la autora. Su novela, que ya ha tenido una gran acogida, está en su segunda edición. "Nos avisaron de que quedaban pocos libros en la distribuidora y, de repente, nos pidieron más. Es algo que no me esperaba tan pronto, pero estoy muy contenta", comenta con una sonrisa. María no solo ha logrado conquistar a lectores en España, sino que la obra también ha llamado la atención en otras partes del mundo, con amigos en Ibiza pidiendo ejemplares al día siguiente de su lanzamiento.
Es imposible hablar de María Estébanez sin mencionar la influencia de su familia. Su padre, filólogo y amante de la novela negra, le inculcó desde pequeña el amor por la lectura y la escritura. "Crecí rodeada de libros. Mi padre me enseñó a leer y a amar el mundo literario, mientras que mi madre me alentaba a ser creativa", recuerda. Ese entorno fue el caldo de cultivo perfecto para que María decidiera seguir el camino de la escritura. De hecho, su padre fue quien le introdujo en el universo de la novela negra, compartiendo con ella las obras de autores como Lorenzo Silva.
Febrero tiene un significado muy especial para María. No solo es el mes en que su libro vio la luz, sino que también es un mes lleno de recuerdos familiares. "Febrero siempre ha sido un mes importante para mí. Mi abuela y mi madre nacieron en febrero, y la verdad es que es un mes que tiene una conexión emocional muy profunda," nos cuenta. No es casualidad que haya elegido este mes para la publicación de su novela.
Aunque La Noche de las Flores es solo el primer libro de lo que será una saga, María tiene muy claro su rumbo. "Tengo en mente cuatro libros. De cada uno ya tengo muy claro el escenario y el desarrollo de la trama. El segundo se está gestando ahora, y la idea es que cada libro tenga su título propio, pero todos formarán parte de Los Crímenes de Muller" nos cuenta. Mientras tanto, el segundo libro se está fraguando con nuevos escenarios, como París, y otros que ya han sido protagonistas de la primera entrega, como Burgos y con la intención de seguir explorando los rincones del misterio con sus personajes.
Con la segunda entrega ya en mente y la primera edición agotada, María Estébanez sigue demostrando que en el género de la novela negra hay espacio para nuevas voces, nuevas estructuras y, sobre todo, para historias que no solo busquen resolver un crimen, sino que también inviten a los lectores a adentrarse en una experiencia literaria única.
María está emocionada por las oportunidades de presentar su libro en diferentes eventos. "Vamos a estar en la Feria del Libro de Madrid, y es un paso importante, ya que Madrid es otro nivel. Una librería me dijo que había leído el libro y le había encantado, así que la acogida ha sido muy positiva," comenta con entusiasmo. Además, tiene planes para llevar La Noche de las Flores a diversos pueblos de Burgos. "Mi idea es hacer una ronda de presentaciones en zonas rurales, por ejemplo, en pueblos como Espinosa de los Monteros, Briviesca, y otros pequeños rincones de la provincia. Me apetece mucho conectar con la gente en esos lugares, conocer su reacción y dar a conocer el libro poco a poco".
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