El Zunder Palencia se convirtió en el primer clasificado para la final por el ascenso a la ACB después de vencer con claridad al UEMC Real Valladolid (90-60) que solo resistió veinticinco minutos y después decayó ante el recital del equipo de Pedro Rivero que dosificó, incluso, a alguno de los jugadores pensando en la final del domingo. Entre Kasibabu y Chumi Ortega llevaron en volandas a su equipo mientras que N'Guessan estuvo muy solo en su equipo.

Wintering impuso el ritmo y Chumi le ayudó a poner las primeras ventajas a favor de Palencia (6-2) que encontró una fuente de anotación en Kasibabu que le llevó hasta el 14-6 y dominar el primer cuarto, frente a una baja anotación de los de Paco García que no conseguían entonarse. Rodríguez puso el 19-8 definitivo de la primera mitad que dejaba muy buenas sensaciones en la primera parte para los de Pedro Rivero.

Sin embargo, las cosas cambiaron en el segundo cuarto con la entrada de N'Guessan; el pívot fue determinante para recortar la distancia y sus ocho puntos consecutivos le llevaron hasta el 23-18 hasta que Mike Torres entró en partido para intentar aguar la fiesta de un Palencia masivamente apoyado en la grada. Torres y Chumi Ortega se batieron en un duelo de triples para cerrar el cuarto, cuando el jugador del Real Valladolid puso el encuentro a dos puntos de desventaja, el capitán palentino apareció para el 36-32 con el que se llegó al descanso.

Palencia rompió el partido en el tercer cuarto, primero Kasibabu con seis puntos consecutivos y después una unión entre el pívot y el acierto anotador desde el 6,75 de Rodríguez que llevó primero al 49-36 y después al 59-38 que sacó totalmente del partido al conjunto vallisoletano. Bajó los brazos el equipo de Paco García, mientras que Palencia se venía arriba hasta tener una ventaja superior a los 25 puntos que desde la grada ya se celebró el pase a la final a pesar de que quedaban diez minutos por jugarse.

El guión no cambió mucho en el último cuarto, Palencia siguió siendo muy superior y con el objetivo prácticamente conseguido, fue el momento de los menos habituales de Pedro Rivero, pensando en una dura final el domingo.