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Clásico

Aljibes, pintura mural y monedas acercan la ciudad romana de Poza de la Sal

La excavación cumple seis años y recoge vestigios de la ciudad romana de Flaviagusta

Aljibes, pintura mural y monedas acercan la ciudad romana de Poza de la Sal
Imágenes del yacimiento cedidas a EFE. EFE/Esperanza Martín.
Verónica Fernández Ramos
Verónica Fernández Ramos
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Un par de aljibes que funcionan a la perfección y un nuevo conjunto de pintura mural, en una vivienda de varias estancias reformada, junto con numerosos restos de cerámica y alguna moneda son los hallazgos del proyecto arqueológico que busca en Poza de la Sal (Burgos) vestigios de la ciudad romana de Flaviagusta (siglos I a IV d.C).

La excavación, que cumple su sexto años, se ha centrado en una parcela en la que, cuando se hizo la investigación preliminar, el georradar marcaba anomalías en el terrero pero sin que se pudieran identificar las formas, ha explicado a EFE la arqueóloga responsable del yacimiento, Esperanza Martín.

Una señal que solo podía significar dos cosas: que el yacimiento estuviera completamente destruido o que se encontrara a mayor profundidad, cubierto por los sedimentos procedentes del Cerro Milagro, a cuyo abrigo se localizaría esa ciudad romana de 10 hectáreas de extensión, dividida en dos por una calzada romana que actualmente es una carretera de asfalto.

Tras dos meses largos de excavaciones -empezaron en agosto y concluirán este octubre- los resultados han sido muy buenos, ha explicado Martín, pues tras quitar casi un metro de sedimento encontraron restos que han permitido afinar dataciones y ampliar los hallazgos de pintura mural que salieron en excavaciones anteriores en la Casa de la Flores.

Han trabajado en los restos de una edificación, una casa con reformas, de la que han descubierto cuatro estancias diferentes, que están llenas de material arqueológico, más abundante y de mayor calidad que en años precedentes, pues se ha conservado mejor.

"Esperamos llegar a la cimentación para poder establecer una cronología exacta", ha apuntado la arqueóloga, ya que la cerámica rescatada marca el Alto Imperio, lo mismo que alguna moneda hallada, acuñada entre el 351 y el 353, pero se trata de dataciones que se refieren a las últimas ocupaciones, al momento en el que colapsó la vivienda, y quieren llegar al momento de construcción.

"Tenemos la fecha de los dos derrumbes en los suelos. Curiosamente no estamos encontrando monedas, solo cerámicas, lo que indica que las monedas vienen del momento del abandono", ha insistido, al tiempo que ha recordado que hasta ahora no había tenido la oportunidad de localizar monedas que ayudaran a definir con tanta precisión la cronología.

Nuevas pinturas murales

También han hallado, como en la Casa de las Flores -Alto Imperio, siglo II-, pinturas murales pero de peor calidad, pues el mortero utilizado tiene mucha mezcla de arena, aunque el dibujo es más complejo, que se hicieron en alguna de las reformas y han quedado preservadas por el derrumbe.

"Hay muchísimo trabajo", ha admitido Martín, pues solo de los restos recuperados en la Casa de las Flores hay dos expertas limpiando más de 800 muestras, que se suman a otros cientos y cientos de restos que tienen que limpiarse, documentarse y, en algunos casos, digitalizarse.

El objetivo con las pinturas murales es hacer un puzzle digital, ha indicado la arqueóloga, pero para avanzar requieren de mayor presupuesto, y han solicitado una ayuda a la Junta de Castilla y León para mantener las contrataciones un par de meses más y que las piezas queden preparadas.

Aljibes en pleno funcionamiento

Aunque sin duda el descubrimiento más llamativo de la excavación, financiada por el Ayuntamiento y la Diputación, han sido dos aljibes en perfecto funcionamiento, tanto es así que, con las lluvias de las últimas semanas, el equipo está tiendo que usar una motobomba para extraer el agua, y son incapaces de mantener los aljibes bajo control.

"Tienen unas escaleras hechas con sillares de grandes dimensiones y alcanzan el nivel freático con una exquisitez absoluta", así que también son objeto de investigación y, de hecho, si puede, la arqueóloga mandará analizar una muestra de la piedra con la que están construidos.

No será el único material que analizarán. Enviarán muestras de carbón para avanzar en la datación, como hicieron el año pasado con el recuperado en la Casa de las Flores, que apunta a finales del siglo II y principios del siglo III, Alto Imperio, y confirma las hipótesis que manejaban los investigadores.

La arqueóloga ha explicado que, durante lo que queda de octubre, cerrarán la excavación de este año. La idea es agotar la estratigrafía y, a modo de colofón, investigar un cañería de cerámica que han encontrado, todo ello sin olvidar el trabajo de laboratorio, que es permanente.