La Guardia Civil interceptó a dos personas en la N-234, en la comarca del Arlanza (Burgos), mientras transportaban detectores de metales y piezas arqueológicas de notable antigüedad. Los agentes, que habían montado un dispositivo en la carretera, detuvieron el vehículo ocupado por los dos individuos, quienes mostraban evidentes manchas de barro en sus ropas. Al ser interrogados sobre la causa de las manchas, sus respuestas no fueron coherentes, lo que aumentó las sospechas de los agentes.

Tras realizar un registro en el vehículo y en sus pertenencias, se encontraron tres detectores de metales, dos de tipo barra y uno más pequeño de precisión. Además, dentro de una riñonera, hallaron nueve objetos metálicos, entre ellos monedas y piezas que presentaban claros restos de barro, lo que indicaba que habían sido recientemente extraídas del suelo. Entre los objetos se destacaba una moneda que mostraba similitudes con un As romano, lo que sugería que las piezas no habían sido halladas de manera fortuita, sino que habían sido deliberadamente extraídas de su ubicación original.

Ante la sospecha de que las piezas pudieran estar protegidas por la Ley de Patrimonio Cultural, la Guardia Civil requirió a los detenidos las autorizaciones necesarias para llevar a cabo esta actividad, sin embargo, los individuos no podían justificar el uso de los detectores de metales ni la tenencia de las antigüedades. Los objetos y los detectores fueron incautados y entregados al Museo de Burgos para su custodia, estudio y catalogación. La Junta de Castilla y León, a través del Servicio Territorial de Cultura, Turismo y Deportes, fue informada de los hechos, y se levantaron actas de denuncia por posibles infracciones relacionadas con la ley de protección del patrimonio.